
Este año se cumple el centenario del nacimiento del poeta de Perito en lunas, El rayo que no cesa, Viento del pueblo y Cancionero y romancero de ausencias.
Nació en Orihuela (Alicante) en 1910 en un medio social humilde. A pesar de carecer de una formación ortodoxamente académica, sus gustos literarios le guían desde muy joven por los caminos de los clásicos españoles de los siglos XVI y XVII. En Madrid, poco a poco será Hernández un poeta muy conocido y estimado. Se trata cordialmente con muchos poetas del 27 y su relación con Pablo Neruda fue decisiva en su evolución ideológica desde su catolicismo juvenil hasta su compromiso político de izquierdas. en 1936 se afilió al Partido Comunista y durante los años de la Guerra Civil particípó activamente en la lucha a favor de la República. Fue condenado a muerte, pena que le fue conmutada por la de treinta años de prisión. Peregrinó de cárcel en cárcel y murió, enfermo de tuberculosis, en la prisión de Alicante en 1942.
Sobre el poeta oriolano son muchos los actos previstos durante este "año hernandiano" por todo el mundo: desde su Orihuela natal pasando por países como Rusia, Filipinas, EE.UU., Canadá, Egipto, Cuba, Puerto Rico, Méjico, Colombia, Venezuela, Argentina... Sin duda alguna, no hay mejor homenaje para un poeta que rescatar su palabra. Aquí os dejo una muestra escrita y recitada:
"Antes del odio"
Beso soy, sombra con sombra.
Beso, dolor con dolor,
por haberme enamorado,
corazón sin corazón,
de las cosas, del aliento
sin sombra de la creación.
Sed con agua en la distancia,
pero sed alrededor.
Corazón en una copa
donde me la bebo yo,
y no se lo bebe nadie,
nadie sabe su sabor.
Odio, vida: ¡cuánto odio
sólo por amor!
No es posible acariciarte
con las manos que me dio
el fuego de más deseo,
el ansia de más ardor.
Varias alas, varios vuelos
abaten en ellas hoy
hierros que cercan las venas
y las muerden con rencor.
Por amor, vida, abatido,
pájaro sin remisión.
Sólo por amor odiado,
sólo por amor.
Amor, tu bóveda arriba
y yo abajo siempre, amor,
sin otra luz que estas ansias,
sin otra iluminación.
Mírame aquí encadenado,
escupido, sin calor
a los pies de la tiniebla
más súbita, más feroz,
comiendo pan y cuchillo
como buen trabajador
y a veces cuchillo sólo,
sólo por amor.
Todo lo que significa
golondrinas, ascensión,
claridad, anchura, aire,
decidido espacio, sol,
horizonte aleteante,
sepultado en un rincón.
Espesura, mar, desierto,
sangre, monte rodador,
libertades de mi alma
clamorosas de pasión,
desfilando por mi cuerpo,
donde no se quedan, no,
pero donde se despliegan,
sólo por amor.
Porque dentro de la triste
guirnalda del eslabón,
del sabor a carcelero
constante y a paredón,
y a precipicio en acecho,
alto, alegre, libre soy.
Alto, alegre, libre, libre,
sólo por amor.
No, no hay cárcel para el hombre.
No podrán atarme. no.
Este mundo de cadenas
me es pequeño y exterior.
¿Quién encierra una sonrisa?
¿Quién amuralla una voz?
A lo lejos tú, más sola
que la muerte, la una y yo.
A lo lejos tú, sintiendo
en tus brazos mi prisión,
en tus brazos donde late
la libertad de los dos.
Libre soy, siénteme libre.
Sólo por amor.
De "Cancionero y romancero de ausencias" 1941 1942
Miguel Hernández