08 septiembre 2011

PROFESORES


Confundir horas lectivas con horas de trabajo no es gratuito, es una manera de contribuir al lugar común de que los profesores trabajan poco. Tampoco es nuevo: siempre que se trata de estrechar los derechos laborales en la enseñanza alguien deja caer, como de manera inocente, que los docentes de la educación pública gozan de más ventajas que el resto de los trabajadores. Por más que se informe sobre los desafíos a los que se enfrenta un profesor en nuestros días, siempre habrá un buen ciudadano que llame a la radio o escriba al periódico para informar, por ejemplo, de las largas vacaciones que disfrutan los maestros. Es un clásico. A los políticos se les llena la boca con que no hay inversión más útil en nuestro país que la destinada a educación, hasta que un día se ponen a hacer números y empiezan por ahí: prescindiendo de interinos y poniendo sobre los hombros de cada trabajador dos horas más.

Explicar que ser profesor no consiste solo en dar clase debería de ser innecesario. ¿Qué consideración se les tiene a los docentes si se extiende esa idea? El profesor enseña, pero también corrige, ha de preparar sus clases, perder un tiempo precioso en absurdos requerimientos burocráticos y, en ocasiones, hacer labores de trabajador social. La educación requiere ahora más energía que nunca y no es infrecuente que el enseñante desarrolle patologías físicas o psíquicas. Su trabajo cansa, es más duro que muchos de los trabajos que nosotros realizamos. Los niños y los adolescentes son grandes devoradores de la energía adulta. Los escritores que hemos visitado colegios e institutos lo sabemos: dos horas dando una charla ante una vampírica muchachada te dejan para el arrastre.

¿Cómo pretenden los responsables del injustificable derroche autonómico que se comprenda que el sacrificio ha de comenzar por los que ya están sacrificados?

Elvira Lindo, El País

3 comentarios:

  1. continuo...
    Así,y con ayuda de una buena disciplina (que falta nos hace), los profesores regresarán al importante papel que les corresponde, volverán a tener el prestigio que un día perdieron y el respeto y agradecimiento de toda la sociedad.

    Hasta que eso ocurra, tendremos que seguir soportando como ciertos profesores se quejan del incremento de su trabajo en "2 horas lectivas" y de sus bajadas de sueldo de un 7%!!
    (parece que cuando salen los paupérrimos resultados de los informe PISA, no salen a quejarse tanto...y sin dudas, desde mi punto de vista, eso sí que son verdaderos GOLPES A LA ENSEÑANZA).

    A pesar del sabor amargo que desprenderá para este profesor mi comentario quisiera mandarle un fuerte abrazo porque él sí que demostró (aunque solo en ciertas ocasiones) ser un profesor vocacional, de los que te hacen soñar con los poemas y teatro de lorca, imaginar a aquella mujer sentada frente al cuerpo inerte de Mario o ayudarte a llegar a la conclusión después de leer la fundación de que no hay que dejarse llevar por la no-acción.

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  2. vampírica muchachada??? es el mejor calificativo que se le ocurre a uno de mis mejores profesores para definir "a una clase de alumnos"...
    curiosa definición que,a mi modo de ver, no guarda ni un ápice de cariño.
    Desde luego, quien dijera que la profesión de maestro/ profesor ha de ser vocacional estaba loco o peor aún, no ha vivido en la España de la LOGSE/LOE.
    Quizás sea ese uno de los grandes problemas de la educación en España: el hecho de que nuestros maestros/profesores actuales se hayan metido ahí, a nuestras aulas, empujados por los atractivos beneficios materialistas que ese tipo de puestos ofrecen(ya sean retribuciones de carácter medio-alto, vacaciones, estabilidad económica...vamos, "tener la vida solucionada"), más que por el afán de enseñar y la satisfacción de ver a un grupo de niños o adolescentes aprendiendo y que disfrutan con los conocimientos que se imparten en esa asignatura.
    Sí, si...lo han leido bien, jóvenes disfrutando en clase, teniendo interés y curiosidad por los temas que se imparten! Claro, que eso solo se puede conseguir si hay alguien a quien de verdad y primeramente le interesan esos temas, es decir, solo aquel que le fascina algo es capaz de contagiar esa ilusión y transmitir sus conocimientos acerca de ese tema con la seguridad de que van a ser recogidos en una clase atenta, contagiada por ese interés.

    A veces me pregunto si en la España de hace 50,40,30 años el gobierno invertía en educación tanto o más que ahora. Probablemente, la cantidad de dinero invertido fuera menor; sin embargo, quien no ha escuchado alguna vez "antes, la gente salía mucho mejor preparada que ahora..."
    Quizás, la diferencia no esté tanto en el dinero, en el sueldo de un profesor, en sus horas lectivas... sino en la ilusión, en la vocación, en la disciplina (¿por qué no? parece algo trasnochado, que pertenece a tiempos del pasado, y en verdad estamos muy equivocados), en el interés y el afán por enseñar, cosas que obviamente el dinero no puede comprar y que, sin embargo, son el motor de la educación a la que un país como el nuestro pretende aspirar.
    En mi opinión, debemos regresar al maestro, al profesor, y olvidarnos del funcionario de la enseñanza, de la mágina fórmula de "un profesor que recibe una buena retribución y unas vacaciones (que desde mi punto de vista son excesivas) es un trabajador contento y que, por tanto, realizará muy bien su trabajo" porque en realidad no hace mas que saturar las oposiciones a funcionario del estado, atrayendo a personas que lo último que les interesa es que sus alumnos aprendan ya que es algo que vitalmente no les satisface.
    Pienso que los profesores deberían desprenderse de una soberbia que echa balones fuera, se maljustifica de los penosos resultados y que no lleva a ninguna parte, y hacer un examen de conciencia respecto a su comportamiento, a su actitud y, sobretodo, a su vocación. Invito a todos ellos a que reflexionen sobre qué es lo que les llevo a ser maestro/profesor y que busquen (en caso de que exista) ese "algo" vocacional, que le quiten el polvo y hagan aflorar de nuevo esa ilusión.

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    1. continuo...
      Así,y con ayuda de una buena disciplina (que falta nos hace), los profesores regresarán al importante papel que les corresponde, volverán a tener el prestigio que un día perdieron y el respeto y agradecimiento de toda la sociedad.

      Hasta que eso ocurra, tendremos que seguir soportando como ciertos profesores se quejan del incremento de su trabajo en "2 horas lectivas" y de sus bajadas de sueldo de un 7%!!
      (parece que cuando salen los paupérrimos resultados de los informe PISA, no salen a quejarse tanto...y sin dudas, desde mi punto de vista, eso sí que son verdaderos GOLPES A LA ENSEÑANZA).

      A pesar del sabor amargo que desprenderá para este profesor mi comentario quisiera mandarle un fuerte abrazo porque él sí que demostró (aunque solo en ciertas ocasiones) ser un profesor vocacional, de los que te hacen soñar con los poemas y teatro de lorca, imaginar a aquella mujer sentada frente al cuerpo inerte de Mario o ayudarte a llegar a la conclusión después de leer la fundación de que no hay que dejarse llevar por la no-acción.

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